La Leucemia ¿Cual es el origen de la leucemia infantil?
Identificar y reconocer los sintomas y causas que tiene la leucemia infantil
Objetivos especificos
* Conoser los tratamientos que ayudan a controlar esta enfermedad.
* Identificar los diferntes tipos de leucemia
*Identificar las caracteristicas de una leucemia terminal
Mi proyecto va a tratar sobre la leucemia infantil dando a conocer mas a profundidad esta enfermedad que es una afección caracterizada por la excesiva producción de glóbulos blancos (una de las células que componen el tejido sanguíneo), y de sus precursores en los tejidos. La leucemia parece ser el resultado de una falla en la medula ósea para funcionar adecuadamente. El bazo y el hígado son infiltrados y dañados por el exceso de leucocitos. El sistema linfático y nervioso también se ve afectado.
Los tratamientos naturales y también en conjunción con drogas citotóxicas, han mejorado la tasa de remisión (mejoría) en este tipo de cáncer en un 80%.
origen de la leucemia infantil
Después de una investigación de más de 10 años, especialistas británicos llegaron a la conclusión de que la leucemia infantil surge a raíz de infecciones comunes entre los lactantes y niños pequeños, y que, al identificar esas infecciones, se puede prevenir el surgimiento de la enfermedad.
Las causas que causan leucemia han sido objeto de intensos debates. Algunos científicos aseguran que se origina por la exposición de las personas a agentes químicos o radiación, mientras hay quienes argumentan que las ondas electromagnéticas e inclusive las líneas de transmisión de energía eléctrica desatan la enfermedad.
Pero la edición en línea de la revista Nature afirma que el Centro de Estudios sobre Cáncer Infantil del Reino Unido, que procesó el resultado de investigaciones en más de 10 mil niños, incluyendo mil 737 pacientes de leucemia, concluyó que las infecciones constituyen un importante factor causante de la enfermedad.
La leucemia constituye un tercio de los padecimientos por cáncer en niños menores de 15 años, y que se dan principalmente en los países industrializados. La enfermedad comúnmente ataca a los niños entre dos y cuatro años, y el tratamiento más utilizado es la quimioterapia. Cerca de 80 por ciento de los infantes a los que se les detectó la enfermedad sobreviven los primeros cinco años desde que se les diagnosticó el padecimiento.
Fue en la década de 1920 cuando los investigadores propusieron por primera vez el vínculo entre virus como el sarampión y el surgimiento de la leucemia. Cincuenta años más tarde, se descubrió que los virus eran responsables de la leucemia en vacas y gatos.
Las infecciones causan una proliferación de leucocitos en la médula de los huesos, como parte del proceso normal de defensa. En las personas predispuestas genéticamente a la leucemia, la infección puede dar lugar a una proliferación sin control de leucocitos, derivando en cáncer, afirmó Mel Graves, del Instituto de Investigaciones del Cáncer, en Londres, citado por Nature.
¿ como se diagnostica la leucemia en niños?
Es muy importante diagnosticar la leucemia infantil tan pronto como sea posible y determinar el tipo de leucemia, para que el tratamiento se pueda adaptar al niño a fin de que se obtengan las mejores probabilidades de éxito. Los exámenes y pruebas que se describen a continuación se usan para diagnosticar la enfermedad, para ayudar a determinar el tipo de leucemia y para medir su grado de avance.
Signos y síntomas de leucemia en niños
Muchos de los signos y síntomas de la leucemia infantil son causados por una carencia de células sanguíneas normales, lo que sucede cuando las células leucémicas desplazan las células productoras de células sanguíneas normales en la médula ósea. Como resultado, un niño puede que no tenga suficientes glóbulos rojos, glóbulos blancos ni plaquetas normales. Estas carencias se manifiestan en las pruebas de sangre, pero también pueden causar síntomas. Las células leucémicas también pueden invadir otras áreas del cuerpo, lo cual también puede causar síntomas.
Además, muchos de estos síntomas tienen otras causas, y la mayoría de las veces no son causados por leucemia. Aun así, es importante que informe al médico de su hijo sobre estos síntomas de manera que se encuentre y se trate la causa, si es necesario.
Cansancio, piel pálida: la anemia (una escasez de glóbulos rojos) puede causar que un niño se sienta cansando, débil, mareado o con dificultad para respirar. Además, puede causar que la piel luzca pálida.
Infecciones y fiebre: un niño con leucemia puede desarrollar fiebre. Frecuentemente es causada por una infección que pueden no mejorar ni con antibióticos. La causa es la carencia de glóbulos blancos normales, los cuales normalmente ayudarían a combatir las infecciones. Aunque los niños con leucemia pueden tener un número muy alto de glóbulos blancos, las células leucémicas no protegen contra las infecciones como lo hacen los glóbulos blancos normales. Algunas veces las mismas células leucémicas también causan la fiebre al liberar ciertas sustancias químicas en el cuerpo.
Sangrado y aparición de hematomas con facilidad: un niño con leucemia puede sufrir hematomas y sangrado frecuente de las encías o de la nariz o sangrado profuso de pequeñas cortaduras. Es posible que le aparezcan en la piel puntos rojos del tamaño de un alfiler causados por sangrado de pequeños vasos sanguíneos. Esto se debe a la carencia de plaquetas, que normalmente detienen el sangrado tapando los orificios de los vasos sanguíneos dañados.
Dolor de huesos o de articulaciones: aproximadamente uno de cada tres niños con leucemia experimentará dolor de huesos. Un número menor tendrá dolor de articulaciones. Esto se debe a la acumulación de células de leucemia cerca de la superficie del hueso o dentro de la articulación.
Hinchazón del abdomen: las células leucémicas se pueden acumular en el hígado y el bazo y causar que estos órganos aumenten de tamaño. Esto puede notarse como llenura o hinchazón del estómago. Generalmente las costillas inferiores cubren estos órganos, pero cuando están agrandados es posible que el médico los sienta.
Pérdida de apetito y pérdida de peso: si el bazo y/o el hígado se agrandan demasiado, pueden presionar otros órganos, como el estómago. Esto puede limitar la cantidad de comida que se puede ingerir, produciendo pérdida de apetito y pérdida de peso con el tiempo.
Ganglios linfáticos inflamados: algunas leucemias se pueden propagar a los ganglios linfáticos. El niño, uno de los padres, o un profesional médico puede notar los ganglios inflamados como masas debajo de la piel en ciertas áreas del cuerpo (a los lados del cuello, en las áreas de las axilas, sobre la clavícula, en la ingle, etc.). También puede ocurrir hinchazón de los ganglios linfáticos que se encuentran en el interior del pecho o del abdomen, pero ésta sólo puede detectarse mediante estudios por imágenes, como CT o MRI.
Con frecuencia los ganglios linfáticos se agrandan cuando están combatiendo con una infección, especialmente en los infantes y los niños. Los ganglios linfáticos que crecen como una reacción a las infecciones se denominan ganglios reactivos o ganglios hiperplásicos. Un ganglio linfático agrandado en un niño con más frecuencia es un signo de infección que de leucemia, pero un médico lo debe revisar y hacerle un seguimiento minucioso.
Tos o dificultad para respirar: con frecuencia la leucemia linfocítica aguda de células T involucra el timo, glándula que se encuentra en el pecho detrás del esternón y frente a la tráquea. El agrandamiento del timo o de los ganglios linfáticos en el interior del pecho puede presionar la tráquea, lo que puede causar tos o dificultad para respirar.
Hinchazón en la cara y los brazos: la vena cava superior (SVC), una vena grande que transporta sangre desde la cabeza y los brazos de nuevo hacia el corazón, pasa cerca del timo. El crecimiento del timo debido a un número excesivo de células leucémicas puede presionar la SVC causando que la sangre retroceda en las venas. A esto se le llama síndrome de la SVC, y puede causar inflamación en el rostro, cuello, brazos y la parte superior del tórax (algunas veces con una coloración roja azulada). También puede causar dolores de cabeza, mareos y, si afecta el cerebro, un cambio en el conocimiento. Este síndrome puede ser potencialmente mortal y requiere tratamiento inmediato.
Dolores de cabeza, convulsiones y vómitos: la leucemia se puede propagar fuera de la médula ósea. Puede propagarse al sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal), testículos, ovarios, riñones, pulmones, corazón, intestinos u otros órganos. Aproximadamente de 5 a 10% de los niños ya tienen leucemia que se ha propagado al sistema nervioso central cuando reciben el diagnóstico. Entre los síntomas de una leucemia que se ha propagado al sistema nervioso central se incluyen dolores de cabeza, problemas para concentrarse, debilidad, convulsiones, vómitos, problemas de equilibrio y visión borrosa.
Erupciones dérmicas, problemas en las encías: en los niños con AML, las células leucémicas se pueden propagar a las encías, causando inflamación, dolor y sangrado. La propagación a la piel puede causar unas manchas pequeñas de color oscuro similares a una erupción dérmica común. Una acumulación de las células de la AML debajo de la piel o de otras partes del cuerpo se llama cloroma o sarcoma granulocítico.
Cansancio extremo y debilidad: una consecuencia poco común, pero muy grave de la AML es el cansancio, debilidad y habla mal articulada extremos, que ocurren cuando un gran número de células leucémicas “espesan” demasiado la sangre e interfieren con la circulación en los pequeños vasos sanguíneos del cerebro.
http://www.cancer.org/Espanol/cancer/Leucemiaenninos/Guiadetallada/leucemia-en-ninos-early-diagnosi¿Cómo se clasifica la leucemia en niños?
Para la mayoría de los cánceres, la clasificación por etapas es el proceso mediante el cual se determina lo avanzado de un cáncer. A la mayoría de los cánceres sólidos se les asigna una etapa con base en el tamaño del tumor y la distancia que el cáncer se ha propagado en el cuerpo.
Sin embargo, la leucemia no se clasifica por etapas como la mayoría de los otros tipos de cáncer, debido a que ya involucra la médula ósea y la sangre. Pero es importante saber si las células leucémicas ya comenzaron a acumularse en otros órganos como el hígado, el bazo, los ganglios linfáticos, los testículos o el sistema nervioso central.
Por ejemplo, si las células leucémicas se han propagado al sistema nervioso central en grandes números, se pueden detectar en las muestras de líquido cerebroespinal. El tratamiento debe ser más intenso para destruir las células leucémicas en el sistema nervioso central. Por esta razón, una punción lumbar es parte de las pruebas diagnósticas tempranas.
El factor más importante para las leucemias es la determinación del tipo (ALL vs. AML) y el subtipo de leucemia. Esto se hace analizando muestras de sangre, médula ósea y algunas veces ganglios linfáticos o líquido cerebroespinal (como se describe en la sección "¿Cómo se diagnostica la leucemia en niños?"). La clasificación de la leucemia desempeña un papel importante en la determinación de las opciones de tratamiento y en el pronóstico (perspectiva) de un niño.
Leucemia linfocítica aguda (linfoblástica) (acute lymphocytic leukemia, ALL)
La leucemia linfocítica aguda (ALL) es un cáncer de las células productoras de linfocitos, que se llaman linfoblastos.
Clasificación basada en la apariencia (morfología) de las células
Anteriormente, la ALL se dividía en tres grupos importantes (L1, L2 y L3) con base en la apariencia de las células bajo el microscopio.
- La leucemia L1 es el subtipo más común entre los niños. Los linfoblastos son células pequeñas.
- La leucemia L2 representa un 10% de los casos de ALL. Estas células son más grandes.
- La leucemia L3 es el subtipo más raro.
Puede que algunos médicos aún se refieran a estas categorías. Sin embargo, las pruebas de laboratorio más nuevas permiten a los médicos clasificar la ALL con base en más que sólo cómo luce bajo el microscopio.
Clasificación basada en los antígenos linfocitarios (inmunofenotipos)
Es más útil clasificar los subtipos de la ALL mediante la detección de ciertas substancias, llamadas antígenos, en las células. Las pruebas de detección de antígenos pueden ayudar a determinar si las células de la leucemia tuvieron su origen en las células B o en las células T, así como su grado de madurez. Las pruebas de detección de anormalidades en los genes y cromosomas de las células de la leucemia también se usan para determinar su subtipo.
En la tabla siguiente se muestran los cuatro subtipos principales:
Subtipo | Frecuencia |
Células Pre-B tempranas | 60%-65% |
Células Pre-B | 20%-25% |
Células B maduras | 2%-3% |
Células T | 15%-18% |
ALL de células B: aproximadamente un 85% de las ALL infantiles son de células B.
- El subtipo más común de la ALL de células B es la ALL de células “precursoras B tempranas” (célula Pre-B temprana).
- La ALL de células "Pre-B" representa de 20 a 25% de todos los pacientes con ALL de células B.
- La leucemia de células B maduras representa aproximadamente de 2 a 3% de todas las ALL infantiles. También se denomina leucemia de Burkitt. Como que esta enfermedad es esencialmente la misma que el linfoma de Burkitt y se trata diferente a la mayoría de las leucemias, se discute en detalle en el documento Non-Hodgking Lymphoma in Children de la Sociedad Americana del Cáncer.
ALL de células T: aproximadamente de 15 a 18% de los niños con ALL tienen una ALL de células T. Este tipo de leucemia afecta a los niños más que a las niñas, y generalmente afecta a niños de más edad que la ALL de células B. Con frecuencia causa el agrandamiento del timo (que algunas veces causa problemas de respiración) y se puede propagar al fluido cerebroespinal (el fluido que rodea el cerebro y la médula espinal) en las etapas tempranas de la enfermedad.
Además de los subtipos de la ALL, otros factores son importantes para la determinación del pronóstico (perspectiva). Estos factores se describen en la sección "Factores de pronóstico de la leucemia infantil".
Leucemia mielógena aguda (acute myelogenous leukemia, AML)
La leucemia mielógena aguda es un cáncer de uno de los siguientes tipos de células tempranas (inmaduras) de la médula ósea:
- Mieloblastos: estas células normalmente forman los granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y basófilos).
- Monoblastos: estas células normalmente se convierten en monocitos y macrófagos.
- Eritroblastos: estas células se convierten en glóbulos rojos cuando maduran.
- Megacarioblastos: estas células normalmente se convierten en megacariocitos, las células que producen plaquetas.
La AML tiene varios subtipos que dependen del tipo de la célula involucrada y de su madurez. Aunque varias pruebas de laboratorio pueden ser útiles para diagnosticar la AML, los subtipos de esta leucemia se clasifican principalmente por su morfología (apariencia bajo el microscopio) usando tinciones citoquímicas y de rutina. También puede ser útil ver los cambios en los genes o cromosomas de las células leucémicas.
Hay ocho subtipos de AML: de M0 a M7 (la “M” se refiere a mieloide).
M0: este subtipo de AML consiste en células muy inmaduras, tan inmaduras que no se pueden clasificar de acuerdo con los tipos de células indicados arriba. Este subtipo sólo se puede distinguir de la ALL por citometría de flujo porque las células carecen de características distintivas que se puedan observar bajo el microscopio. (La citometría de flujo se explica en la sección “¿Cómo se diagnostica la leucemia en niños?”) Este tipo de leucemia es muy rara en los niños.
M1: este subtipo consiste en mieloblastos inmaduros. Se puede reconocer por la apariencia de las células bajo el microscopio después de usar tinciones citoquímicas.
M2: este subtipo consiste en formas ligeramente más maduras de mieloblastos. Es el subtipo más común de AML entre los niños, y representa un poco más de uno de cada cuatro casos.
M3: el subtipo M3 también se conoce como leucemia promielocítica aguda (acute promyelocytic leucemia, APL). Consiste en promielocitos, que son una forma más madura de mieloblastos. El tratamiento de la APL es diferente que el de los otros subtipos de AML, ya que involucra algunos medicamentos más nuevos.
M4: este subtipo se conoce como leucemia mielomonocítica aguda. Las células son una forma temprana de monoblastos. El subtipo M4 es común entre los niños menores de dos años de edad.
M5: este subtipo se conoce como leucemia monocítica aguda. Consiste en monoblastos. Al igual que el subtipo M4, es más común entre los niños menores de dos años de edad.
M6: este subtipo de AML se conoce como leucemia eritroblástica aguda (o eritroleucemia aguda). Se origina en los eritroblastos, las células que normalmente maduran para convertirse en glóbulos rojos. Es una leucemia que se presenta en muy pocas ocasiones entre los niños.
M7: este subtipo se conoce como leucemia megacarioblástica aguda. Las células son megacarioblastos, las cuales maduran normalmente hasta convertirse en megacariocitos (las células que producen plaquetas).
Leucemias de linaje hibrido o mixto
Estas leucemias tienen células con características de la ALL y de la AML cuando son sometidas a pruebas de laboratorio. En niños, estas leucemias son generalmente tratadas como la ALL y responden a este tratamiento como la ALL.
Factores de pronóstico en la leucemia infantil
Ciertas diferencias entre pacientes que afectan las respuestas al tratamiento se llaman factores del pronóstico. Estos factores ayudan a los médicos a decidir si un niño con leucemia debe recibir un tratamiento convencional o uno más intensivo. Los factores de pronóstico parecen ser más importantes en la leucemia linfocítica aguda que en la leucemia mielógena aguda.
Factores de pronóstico para niños con leucemia linfocítica aguda (ALL)
Estos factores se usan para ayudar a determinar el grupo de riesgo al que puede pertenecer el niño. Hay diferentes sistemas que se usan para clasificar el riesgo de la ALL infantil. En uno de los sistemas más comunes, los niños con ALL se dividen en grupos de bajo riesgo, riesgo estándar, alto riesgo o riesgo muy alto, y se administra un tratamiento más intenso a los pacientes con mayor riesgo. Generalmente los niños de bajo riesgo tienen un mejor pronóstico que los de riesgo muy alto.
Aunque todos los siguientes son factores de pronóstico, solo algunos de ellos se usan para determinar el grupo de riesgo al que pertenece el niño. (Los primeros dos factores, la edad al diagnóstico y la cuenta inicial de glóbulos blancos, generalmente se consideran los más importantes.) Es importante recordar que muchos niños con uno o más factores de pronóstico adversos aún pueden ser curados.
Edad al diagnóstico: los niños con ALL de células B entre las edades de 1 a 9 años tienden a tener mejores tasas de curación. Los niños menores de 1 año y los niños de 10 años y mayores se consideran pacientes de alto riesgo. El pronóstico de la ALL de células T no resulta afectado mucho por la edad.
Recuento de glóbulos blancos: los niños con ALL que tienen cuentas de glóbulos blancos especialmente altas (mayores que 50,000 células por milímetro cúbico) cuando reciben el diagnóstico se clasifican como de alto riesgo y necesitan un tratamiento más intensivo.
Subtipo de la ALL: los niños con ALL de células Pre-B o de células Pre-B tempranas generalmente tienen mejor pronóstico que los que tienen leucemia de células T o de células B maduras (Burkitt).
Sexo:l as niñas con ALL pueden tener probabilidades ligeramente más altas de ser curadas que los niños. Conforme los tratamientos han mejorado en los años recientes, esta diferencia ha disminuido.
Raza/grupo étnico: los niños afroamericanos y los hispanos con ALL tienden a tener una tasa de curación menor que la de los niños de otras razas.
Propagación a ciertos órganos: la propagación de la leucemia al fluido espinal, o a los testículos en el caso de los niños, aumenta las probabilidades de un pronóstico adverso. El agrandamiento del bazo y del hígado generalmente se relaciona con una cuenta alta de glóbulos blancos, pero algunos médicos consideran esto como un signo diferente de un pronóstico no favorable.
Número de cromosomas: los pacientes tienen más probabilidades de curarse si sus células leucémicas tienen más de 50 cromosomas (lo que se llama hiperdiploidía), especialmente si hay un cromosoma 4, 10 o 17 adicional. La hiperdiploidía también puede expresarse como un "índice de ADN" mayor de 1.16. Los niños cuyas células leucémicas tienen menos cromosomas que los 46 normales (hipodiploidía) tienen un pronóstico menos favorable.
Translocaciones cromosómicas: las translocaciones resultan del intercambio de material genético (ADN) entre los cromosomas. Los niños cuyas células leucémicas tienen una translocación entre los cromosomas 12 y 21 tienen más probabilidades de curarse. Aquellos con una translocación entre los cromosomas 9 y 22 (el cromosoma Filadelfia), 1 y 19 ó 4 y 11 tienen un pronóstico menos favorable. Algunos de estos factores de pronóstico adversos se han vuelto menos importantes en años recientes debido a mejores tratamientos.
Respuesta al tratamiento: los niños cuya leucemia responde completamente (reducción importante de las células cancerosas en la médula ósea) en un lapso de una a dos semanas de quimioterapia tienen un pronóstico mejor que aquellos cuya leucemia no responde. A los niños cuyo cáncer no responde se les puede administrar una quimioterapia más intensiva.
Factores de pronóstico para niños con leucemia mielógena aguda (AML)
Los factores de pronóstico no parecen tan importantes en el pronóstico de la AML como en el pronóstico de la ALL.
Recuento de glóbulos blancos: los niños con AML que tienen una cuenta de glóbulos blancos menor de 100,000 células por milímetro cúbico al diagnóstico se curan con más frecuencia que aquellos con cuentas más altas.
Citogenética: los niños con células leucémicas que tienen translocaciones entre los cromosomas 15 y 17 (que se observa en la mayoría de los casos de APL) o entre los cromosomas 8 y 21, o con una inversión (rearreglo) del cromosoma 16 tienen mejores probabilidades de ser curados. Los niños con células leucémicas que tienen un defecto cromosomal conocido como monosomía 7 tienen un pronóstico más adverso. La monosomía 7 significa que las células leucémicas han perdido una de las copias del cromosoma 7.
Morfología: en algunos casos, la morfología de las células de la AML (su apariencia bajo el microscopio) puede afectar el pronóstico de supervivencia del paciente. Los bastones de Auer son gránulos en forma de bastones o de aguja que se pueden observar en el interior de las células de algunos pacientes con AML. Principalmente se observan en las células de los tipos M2 y M3 de la AML y están usualmente vinculados a un buen pronóstico.
Síndrome mielodisplásico secundario a la AML: los niños que primero tienen síndrome mielodisplásico (“leucemia quiescente”) o cuya leucemia es el resultado del tratamiento de otro cáncer tienen un pronóstico menos favorable.
Respuesta al tratamiento: los niños cuya leucemia responde rápidamente al tratamiento (sólo se necesita un ciclo de quimioterapia para lograr la remisión) tienen más probabilidades de ser curados que aquellos cuya leucemia toma más tiempo para responder o no responde absolutamente.
http://www.cancer.org/Espanol/cancer/Leucemiaenninos/Guiadetallada/leucemia-en-ninos-early-how-classifie¿Cuáles son las estadísticas importantes de la leucemia en niños?
La leucemia es el tipo de cáncer más común entre niños y adolescentes. Representa aproximadamente uno de cada tres cánceres en los niños. Sin embargo, en general, la leucemia infantil es una enfermedad poco común.
La leucemia linfocítica aguda (ALL) representa el 74% de los casos de leucemia entre niños de 0 a 19 años. La mayoría de los otros casos serán leucemia mielógena aguda (AML). Las leucemias crónicas son poco comunes en los niños.
La ALL es más común en la primera infancia, y ocurre con más frecuencia entre los dos y los cuatro años de edad. Los casos de AML están más diseminados en los años de la infancia, aunque es ligeramente más común durante los primeros dos años de vida o durante la adolescencia.
La ALL es ligeramente más común entre los niños blancos que entre los niños afroamericanos y americanos asiáticos, y es más común entre los niños que entre las niñas. La AML ocurre igualmente entre niños y niñas de todas las razas.
Tasas de supervivencia para leucemias en niños
La tasa de supervivencia a cinco años se refiere al porcentaje de pacientes que vive al menos cinco años después de su diagnóstico de cáncer. En relación con las leucemias agudas, los niños que no presentan la enfermedad después de cinco años tienen una alta probabilidad de haber sido curados, ya que es muy poco común que estos cánceres regresen después de ese periodo de tiempo. Las tasas de supervivencia a cinco años actuales son basadas en niños diagnosticados y tratados inicialmente por más de cinco años. Los avances en el tratamiento desde entonces pueden producir un pronóstico más favorable para los niños recientemente diagnosticados.
La tasa de supervivencia a cinco años de niños con ALL ha aumentado significativamente con el tiempo y en general ahora es mayor de 80%.
También la tasa de supervivencia a cinco años para niños con AML ha aumentado con el tiempo y ahora está entre 50% y 70%. La mayoría de los estudios sugieren que ahora la tasa de curación de la leucemia promielocítica aguda (APL), un subtipo de AML, es superior al 80%.
Las estadísticas de supervivencia algunas veces pueden ser útiles como una guía general, pero puede que éstas no representen de una forma precisa el pronóstico de un niño. Un número de otros factores, incluyendo la edad del niño y las características del tumor, también pueden afectar el pronóstico. Muchos de estos factores se tratan en la sección "¿Cómo se clasifica la leucemia en niños?" Probablemente el médico de su hijo sea una buena fuente de información para saber si estos números pueden aplicar en su caso, ya que él o ella está familiarizado con los aspectos de la situación particular del niño.
http://www.cancer.org/Espanol/cancer/Leucemiaenninos/Guiadetallada/leucemia-en-ninos-what-is-key-statistics